10Km Nocturnos de Aranjuez

Todo comenzó hace unas semanas cuando decidí apuntarme a la Carrera Nocturna de Aranjuez, eran 10km que seguro serían muy divertidos y bonitos para disfrutar. Además en teoría el recorrido era bastante llano y eran la oportunidad perfecta para lograr bajar a esos 55min que quería.

Ese sábado 21 de Junio todo iba según lo planeado, me tocaba irme sola hasta Aranjuez, así que sin mucho pensarlo me planté en el Renfe y un rato después estaba en la estación, lista para embarcarme en mi primera carrera nocturna.

Una de las cosas que me hizo mucha ilusión es que por primera vez la organización daba los dorsales con el nombre del corredor. Si, lo se, puede parecer una tontería, pero a mi me encantó ver mi nombre, "Carmen", bajo el numerito que me tocaría llevar esta vez, el 1058.

Para esta carrera tenía muy claro que vestiría mi camiseta de Guerreras Running, un grupo de maravillosas mujeres de toda España unidas por una pasión, el running. Pero bueno ya otro día contaré con más detalles todo sobre esta bonita familia de guerreras, de la cual estoy orgullosa de formar parte.

Para esta carrera iba de estreno, justo el día anterior había llegado a casa mi nuevo Garmin Forerunner 210, ¡una pasada de reloj con GPS incorporado y pulsómetro! El día anterior a la carrera había dado unas vueltas por mi barrio para probarlo, pero como era de esperarse aún no había podido familiarizarme con él y creo que me distrajo mucho durante la carrera.

Después de hacer el calentamiento de rigor, esperaba junto a cientos de corredores el pistoletazo de salida y cuando el reloj marcaba las 22:30h comenzaban 10 kms que por momentos se hacían interminables. Creo que no fue difícil por el recorrido en si mismo, ni por las cuestas. Por alguna razón no tenia buenas sensaciones. Sentía que no veía bien por donde pisada, durante varios kms he tenido flato (cosa que nunca me pasa, ni siquiera entrenando). Además por alguna razón había decidido correr con música, aún cuando ya he comprobado que en los entrenamientos disfruto muchísimo de ella, pero que en las carreras me agobia.

Antes de llegar al km 5, pensé un poco y me dije: "A ver, aquí hay algo que no esta bien, así que vamos a intentar disfrutar del ambiente de la carrera sin pensar en los tiempos". Así fue como bajé a un ritmo más cómodo, viendo el paisaje, chocando las manitas de los niños que nos animaban durante el recorrido y dejé de mirar el gps. ¡Ya no importaba si hacía 50 min o 1 hora y media! El único objetivo era pasar bajo el arco de meta.

Foto de Sebastián Navarrete

Después de esa vuelta final dentro del estadio, mi reloj marcaba 1h 01min. Mucho más de lo que pensaba hacer y 4 minutos más que mi mejor marca. En ese momento confieso que me sentí un poco decepcionada, aunque al mismo tiempo satisfecha porque lo había cumplido, había logrado superar la adversidad y como una buena guerrera había logrado cruzar esa meta que tan lejos sentí por momentos.

Al día siguiente con la cabeza más fría, descansada y gracias a todo el ánimo de los míos y mis fieles instarunners, comprendí que hay días buenos y otros malos. Que los días malos te dan fortaleza y te construyen. Siempre digo que soy una "runner en construcción" y si el reto fuese sencillo o la meta demasiado fácil de alcanzar no sería divertido ni emocionante.

Ahora solo toca pensar en seguir entrenando, disfrutando y sumando kms. Porque esto es sólo el principio, ¿recuerdas?

Hasta la próxima guerrer@s. ¿Nos leemos?

Carmen.